Ciudad de Guatemala

Durante la visita del élder D. Todd Christofferson, tres estacas de la Ciudad de Guatemala tuvieron conferencias especiales

Visita élder D. Todd Christofferson
Élder D. Todd Christofferson, élder Carlos A. Godoy, y élder Jorge F. Zeballos

“Dios ama a todos sus hijos”, dijo el élder Christofferson. “No hay ninguno que para Él no tenga valor. No hay ninguno que Él no ama. No hay ninguno que no conozca”.


Élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, junto al élder Carlos A. Godoy, de la Presidencia de los Setenta, visitaron Guatemala del 10 al 17 de febrero de 2019. El último día presidieron simultáneamente tres conferencias de estaca: élder Christofferson, en la Estaca Guatemala Ciudad Montserrat; élder Godoy, en la Estaca Guatemala Ciudad Mariscal; y élder Jorge F. Zeballos, primer consejero de la Presidencia de Área, en la Estaca Guatemala Ciudad San Cristóbal.

Élder Christofferson enseña e invita a todos a participar de las ordenanzas selladoras en el templo

En un ambiente de reverencia, élder Christofferson dijo que el Señor observaba en ese momento a cada uno de sus hijos, porque cada uno es de un valor infinito para Él. “Dios ama a todos sus hijos. No hay ninguno que para Él no tenga valor. No hay ninguno que Él no ama. No hay ninguno que no conozca. Entonces ha establecido un plan divino, para que todos puedan, en este lado del velo o después de la muerte en el mundo de los espíritus, escuchar las palabras de la verdad del Evangelio de Jesucristo”, declaró.

Élder Christofferson comentó que hace unos meses, durante una reunión de testimonios, el presidente Russell M. Nelson dijo que “a veces se habla de los esfuerzos [de la Iglesia] por cuidar a los pobres y a los necesitados”. Sin embargo, ese no es el propósito principal de la restauración del Evangelio. “Nosotros estamos en esta Iglesia porque Dios vino y se apareció a un joven en la primavera de 1820, y dijo, esencialmente, vamos a restaurar la Iglesia. ¿Para qué restaurar la Iglesia?, dice el presidente Nelson. Porque Dios y Jesucristo tienen dos promesas importantes todavía por cubrir”.

Los propósitos que mencionó son: Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna de todos los hijos de Dios, tal como indica la escritura en Moisés 1:39. Y las promesas: Congregar al pueblo de Israel que se encuentra esparcido y preparar al mundo para la segunda venida del Salvador.

Añadió élder Christofferson: “Sí, vamos a ayudar a los pobres y necesitados. Pero sin las ordenanzas, particularmente las ordenanzas del templo para sellar a las familias de Israel… no van a estar preparados para recibir a su Dios. Así que [se] restauró la Iglesia para ser el instrumento para realizar la congregación de Israel y así, congregados, recibir las ordenanzas del Templo que los califican para la vida eterna”.

También resaltó que cuando las personas ejercen el albedrío y deciden recibir las ordenanzas del sacerdocio (bautismo, investidura, sellamiento, entre otras), “Él [Nuestro Padre Celestial] se siente libre y puede responder con este poder del Espíritu que nos santifica, nos mejora y nos lleva a la meta de llegar a ser más como nuestro Señor Jesucristo”.

Compartir el Evangelio con el Libro de Mormón

Para lograr los propósitos de la restauración del Evangelio, élder Christofferson refirió que se debe trabajar en las ordenanzas vicarias y cumplir con “la responsabilidad, oportunidad y privilegio” de compartir el Evangelio con todas las personas que nos rodean. “Yo creo que debemos hacerlo de una forma bien natural y sencilla. No tenemos que salir a la calle y gritar ¡arrepentíos! [Eso] no sirve”, indicó.

Una de las recomendaciones que dio fue “ampliar nuestro círculo de amor y aprecio a los demás”. Es tan sencillo como invitar a otros a las actividades que hacemos en nuestra vida y como familia. “Si vamos a la Iglesia los domingos, ¿por qué no invitar a otros? Si hacemos la noche de hogar o leemos como familia, podemos invitar a otros a que nos acompañen. En todo lo que hacemos, proyectos y actividades de servicio que auspiciamos en la Iglesia, es cuestión de invitar a otros a formar parte de nuestro círculo y compartir con ellos el Evangelio restaurado de Jesucristo”, continuó.

Élder Christofferson enseñó que tenemos que utilizar el Libro de Mormón cuando enseñemos el Evangelio. “Qué bendición que el Señor nos lo ha proporcionado. Este libro de escritura enseña de la manera más poderosa posible, de la divinidad del Señor Jesucristo, de su Evangelio y cómo ha sido restaurado ahora”, afirmó.

El  Libro de Mormón tiene evidencia “contundente”, aseguró, del llamamiento del profeta José Smith y de la restauración de la Iglesia. Confirma lo que se enseña en la Biblia, es evidencia de la restauración del Sacerdocio y explica el Plan de Salvación “de una forma más clara, que todos podemos entender”.

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Élder Christofferson testificó que nuestro Padre Celestial “es tan grande, tan fuerte, que ninguno de nosotros nos quedamos fuera de su influencia”.

“Es un hermoso libro, y para mí forma la base de mi testimonio del Señor Jesucristo”, remarcó. Élder Christofferson contó que en una reunión que sostuvo con los misioneros en el Centro de Capacitación Misional (CCM) de Guatemala, les pidió que usaran constantemente el Libro de Mormón, el cual debían entender “perfectamente bien”, para poder responder a las dudas de las personas a las que enseñan a través de las palabras del Señor y sus profetas.

Una guía para tener revelación de los cielos

Para concluir, élder Christofferson dio su testimonio de la revelación personal. “Deseo ser testigo de la realidad de las respuestas que recibimos a nuestras oraciones”, dijo. También testificó de “la realidad del amor de nuestro Padre Celestial, que es tan grande, tan fuerte, que ninguno de nosotros nos quedamos fuera de su influencia”.

Para poder recibir revelación, mencionó lo que el presidente Nelson ha recomendado: buscar y hacer posible un tiempo de tranquilidad, en medio de nuestra vida cotidiana, para poder orar, meditar y leer las escrituras “en paz, sin interrupciones, para poder escuchar y sentir los susurros y las invitaciones del Espíritu Santo”.

“Miles de susurros pequeños del Espíritu Santo”

A élder Christofferson lo acompañaron su esposa, Kathy; élder Denis Pineda, Autoridad Setenta de Área, y su esposa, Glenda; Daniel Matheu, presidente de estaca; y otros líderes de la estaca.

La hermana Kathy Christofferson enseñó que todos tenemos un testimonio para compartir con los demás. “Me doy cuenta de que mi testimonio ha crecido durante el período de muchos años, no por causa de un milagro grande o un evento singular. ¡No!, ha crecido por causa de miles de susurros pequeños del Espíritu Santo; miles de oportunidades de poner en práctica los principios de la fe, creciendo línea por línea y precepto por precepto”, dijo, con lágrimas y la voz entrecortada.  “A veces nos enfocamos en las cosas espectaculares, cuando en realidad nuestro enfoque debe estar en las bendiciones que son fundamentales para nuestro desarrollo espiritual”, concluyó.

Los esposos Celina y Luis López, que asistieron a la conferencia especial junto a sus dos hijos y su nuera, compartieron la felicidad que sentían al haber participado en la reunión: “Nos encantó que élder Christofferson nos bendijo para tener más fe,la fe necesaria para perseverar, para progresar, para resistir la tentación, para tener paciencia con lo que no cambia y para hacer la voluntad de Dios en nuestra vidas. El espíritu que trajo fue de mucho amor, tranquilidad y paciencia. Como familia podemos aplicar su invitación de usar el Libro de Mormón para compartir el Evangelio y todas las cosas bonitas que como miembros de la Iglesia tenemos”.

Élder Carlos A. Godoy enseña sobre el enfoque correcto de nuestro tiempo en esta vida

Élder Carlos A. Godoy presidió en la conferencia de la Estaca Guatemala Mariscal. Lo acompañaron su esposa, Mónica; Merrill L. Shumway, presidente de la Misión Guatemala Sur, y su esposa, Rebecca; Jared Choy, presidente de estaca; y otros líderes de la estaca.

Élder Godoy se refirió a las palabras del élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, para enseñar que solo habrá tres cosas que nos llevaremos al otro lado del velo cuandos nos llegue la muerte. La primera es nuestra personalidad, es decir, las características personales buenas o malas que cada uno haya cultivado.

La segunda, dijo, son las ordenanzas que se realizan a través de la autoridad del sacerdocio y que tienen validez aquí en la tierra y del otro lado del velo. Entre ellas, refirió, están “el bautismo, la confirmación, el sacerdocio, la investidura y el sellamiento. Estas últimas dos se realizan en los templos”.

La tercer cosa está condicionada a la anterior y se refiere a las familias. “¿Por qué? Porque si nuestra familia no fue sellada, por más amor que [le] tengamos, por más cariño [que sintamos], [por más] preocupación [que nos ocasione], por más felices que seamos en esta vida; si no somos sellados como familia, no seremos familia del otro lado del velo”, explicó.

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Después de la conferencia, élder Christofferson y su esposa, Kathy, saludaron a varios miembros de la estaca.

Élder Godoy remarcó que al saber de estas cosas, es necesario que cada persona haga cambios en su vida. “¿No está claro [en] dónde debemos poner nuestra atención? ¿En dónde debemos colocar nuestro enfoque, nuestro tiempo en esta vida?”, preguntó. A continuación nos invitó a todos a mejorar nuestra personalidad y empezar a cambiar lo que estamos haciendo mal y a no postergar el momento de efectuar esos cambios.

En relación a las ordenanzas, dijo que debemos ver cuáles nos hacen falta. Y, tras cumplir con una, enfocarse en la siguiente. Así mismo, a recordar que la Santa Cena que tomamos cada domingo, nos permite avanzar en el camino para conseguir las ordenanzas de salvación. “No se olviden de la Santa Cena para poder perseverar hasta el fin. No se olviden de regresar al templo para hacer las ordenanzas para otros familiares”, invitó.

Dejar un legado a nuestras generaciones futuras

También se refirió a las enseñanzas del presidente James E. Faust, quien fungió como segundo consejero de la Primera Presidencia, para enseñar sobre las bendiciones que se pueden legar a las demás generaciones. Son cosas “muy sencillas” dijo.

  1. La oración individual y familiar
  2. El estudio de las escrituras
  3. La noche de hogar
  4. Fidelidad [en el pago de] los diezmos
  5. Servicio

“Es una receta tan sencilla, pero tan poderosa. Esa es la receta que ha bendecido a generaciones y generaciones de la familia Faust, hasta llegar a él”, comentó élder Godoy.

Mencionó que las personas que recibieron el legado de fe de sus padres o abuelos, tienen la sagrada responsabilidad de pasarlo a sus hijos y nietos. Y a quienes son los primeros integrantes de la Iglesia en su familia, los motivó a construir ese legado de fe, para heredarlo a sus hijos, nietos y bisnietos.

Élder Godoy dio unos consejos prácticos para cumplir con la lista de cinco bendiciones que se pueden heredar a la familia. Habló de la importancia de hacer oraciones individuales, familiares y en pareja. Explicó que “Ven, sígueme no es complicado. Depende más del deseo de hacerlo. Es solo abrir el manual, leer las preguntas y las escrituras”. También enseñó que “la noche de hogar no debe ser perfecta, pero debe ser constante”.

En cuanto a los diezmos, hizo énfasis en que el pago fiel asegura la protección que necesitamos en una economía tan complicada. “La promesa de este mandamiento no es que seremos ricos, pero que tendremos bendiciones temporales y espirituales”.

A los padres les hizo la invitación para que llevaran a sus hijos a la entrevista de ajuste de diezmos que se efectúa con el obispo, porque es una oportunidad para enseñar con el ejemplo que son fieles en cumplir con ese mandamiento.

En relación a la asistencia al templo, élder Godoy dijo que hay que acudir aunque nuestro cuerpo esté cansado, porque nuestro espíritu está siendo fortalecido. “Es como tomar un pedazo de sol y llevarlo a nuestro hogar. El espíritu que tiene el templo, lo llevamos a nuestro hogar”, mencionó.

Élder Jorge F. Zeballos habla de cómo ser felices en esta vida

Élder Zeballos presidió en la conferencia de la Estaca Guatemala San Cristóbal. Lo acompañaron su esposa, Carmen Gloria; Julio Enrique Alvarado, presidente del Templo de la Ciudad de Guatemala; César Morales, presidente de estaca; y otros líderes de la estaca.

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Muchos miembros se gozaron de las palabras del Élder Christofferson, su esposa y los otros líderes.

Élder Zeballos enseñó que a veces en la vida, estamos tan enfocados en la meta final que nos olvidamos de disfrutar en el camino. Por esa razón enfocó su discurso en cuatro claves para incrementar nuestra felicidad:

La obediencia

Élder Zeballos compartió un pensamiento del presidente Gordon B. Hinckley: “La vida es para ser disfrutada, no solamente para ser aguantada”. En relación a esto, leyó las escrituras que se encuentran en DyC 11:20 y Mosíah 2:41, para explicar que si no somos tan felices como quisiéramos ser, o definitivamente no somos felices, pensemos en qué mandamiento necesitamos cumplir de mejor forma.

“Yo les aseguro y prometo que al comenzar a obedecer o a refinar la obediencia de un determinado mandamiento, vendrá gozo a sus vidas, a nuestras vidas”, aseveró.

El arrepentimiento

“Al estar estudiando, como todos ustedes, de las tentaciones a las que estuvo sujeto el Salvador, el [manual] ‘Ven, Sígueme’ nos preguntaba, ‘¿A qué tentaciones se ha enfrentado usted?’ Y quizás no van a ser tentaciones tan siniestras como aquellas que Satanás intentó imponer sobre el Salvador. Pero quizá nos pondrá una tentación más suave, una tentación que nos va a impedir estudiar las escrituras, una tentación que nos va a impedir cumplir con la voluntad de nuestro Padre o cumplir con nuestro rol de hermanos o hermanas ministrantes, o de padre, dedicar un tiempo a nuestros hijos. Porque la tentación va a ser: ‘mejor quédate viendo este programa de televisión, quédate viendo otro ratito, y no vamos a hacer lo que tenemos que hacer’”, refirió.

Élder Zeballos indicó que si queremos ser más felices, debemos arrepentirnos, hacer un cambio en nuestras vidas y dejar todas las cosas que no concuerden con la voluntad del Padre Celestial.

El perdón

“Hay un pensamiento que yo tengo anotado hace mucho tiempo que dice: ‘El primero en disculparse es el más valiente, el primero en olvidar es el más fuerte, el primero en perdonar es el más feliz’”. Con estas palabras, el élder Zeballos invitó a todos a ser primeros en perdonar, independientemente de que la otra persona se haya arrepentido. Así, la probabilidad de ser felices “se presentará enormemente”, remarcó.

La obra misional

Durante su discurso destacó el gozo de los misioneros cuando una de las personas a las que enseñan, toma la decisión de ser bautizada y convertirse en miembro de la Iglesia de Jesucristo (véase DyC 18:14–16).  “Nosotros también, cuando hemos tenido la oportunidad de invitar a nuestros amigos, a un vecino o a un familiar a conocer o incluso a regresar a la Iglesia, sentimos el mismo gozo”, aseguró.

Esta, dijo, es otra forma de ser felices. Afirmó que si queremos ser más felices de lo que somos, debemos preocuparnos por invitar a otros a venir a Cristo. Todo esto tiene el propósito de que los hijos de Dios recibamos todas las ordenanzas del Evangelio. “No hay gozo más grande que recibir un sellamiento en el templo. Tenemos todo para ser felices; compartámoslo con los demás”, concluyó.