'Les invito a poner atención a las cuatro prioridades proféticas que, en consejo con la Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce reunidos en el templo, sentimos que es la voluntad del Señor'
Conferencia en capilla Altagracia
Algunas de las palabras que compartió el élder Quentin L. Cook a la congregación fueron:
Les invito a poner atención a las cuatro prioridades proféticas que, en consejo con la Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce reunidos en el templo, sentimos que es la voluntad del Señor:
1. Aumentar la fe en Jesucristo y su expiación. Cuando tengan asignación en el hogar o en la Iglesia, cuando estén capacitando, mientras se preparan, les invito a que se pongan de rodillas y le pregunten a su Padre Celestial cómo pueden aumentar la fe en Cristo y en su expiación. Mientras cumplen con esa asignación y cuando testificamos del Salvador, el tercer miembro de la Trinidad nos ministra y nos testifica.
2. Hacer la obra vicaria del templo e historia familiar. Ahora nos enfocamos en dos grupos: en la Primaria y en los nuevos conversos. A los niños y niñas de once años les ayudamos a hacer su Historia Familiar para que cuando tengan 12 puedan ser bautizados por sus antepasados. Respecto a los nuevos conversos, les enseñamos la doctrina, los apoyamos para llenar su cuadro de Historia Familiar y luego los apoyamos para que puedan ellos mismos ir al templo a realizar las ordenanzas por sus antepasados.
3. Recogimiento de Israel a través de la obra misional. Con todo el éxito que está teniendo la obra misional en sus países, es muy importante que lo que les enseñamos quede sembrado sólidamente en la Iglesia. Debemos velar por los recién conversos y verlos como los hijos del Señor.
4. Cuidar al pobre y al necesitado. Esto lo hacemos al enseñar e implementar los principios de la autosuficiencia, la ley del ayuno y de los diezmos. De esa manera vamos a progresar como el Señor quiere que lo hagamos.
Ahora me gustaría compartir un mensaje que tengo para ustedes:
1. Establezcan Sión en sus corazones y en sus hogares. La Iglesia es un apoyo, pero el Evangelio se aprende y se enseña en el hogar. Necesitan hacer más que orar y hacer la Noche de Hogar. Deben incrementar el amor, la unidad, la amabilidad y la bondad en los hogares de los santos. No debe haber espacio para las críticas a los niños. Las escrituras son claras, ellas nos dicen que deben ser corregidos e invitarles a arrepentirse. La mayoría de la corrección se puede hacer con amor. Ser compañeros iguales entre ustedes con su cónyuge. Cuando deben tomar decisiones importantes pueden hacerlo juntos, buscando al Señor y su inspiración. Pueden buscar guía sobre ¿Cómo vamos a corregir a los hijos? ¿Dónde vamos a vivir? ¿Qué tipo de trabajo buscar? Pueden buscar la decisión en unidad y luego ir al Padre en oración para ratificar la respuesta.
2. Ser un ejemplo en la comunidad. Sean una luz en la colina, dejen saber quiénes son y qué son. Puede pasar que cuando la gente sepa lo que hacemos, nos ayuden a vivir nuestra religión. La segunda razón por la cual es importante ser ejemplo es porque cuando hay gente que nos ve vivir rectamente, aumenta su deseo de saber en qué creemos, sus corazones son tocados por nuestro ejemplo.
3. Guardar el día de reposo. No estamos reglamentando lo que deben hacer los días domingo, pero queremos que sea un día de gozo, que se diviertan en el hogar. Que sea un día para fortalecer los lazos familiares, si no unimos a nuestras familias nos vamos a lamentar. La parte más sagrada del día de reposo es la reunión sacramental, es lo más importante. Si planean bien y se preparan para el domingo, van a poder sentirlo como una delicia.
4. Hagan de las ordenanzas del templo su meta y su misión. He visto su fidelidad y su fe. Confíen y sigan trabajando en la obra del templo. Les recuerdo que saber cuándo habrá un templo en Nicaragua es un asunto entre el Señor y su profeta.
Quiero darles mi testimonio de que el presidente Nelson ha sido preordenado para recibir el llamamiento de presidir la Iglesia. Él es nuestro presidente y profeta. En esta conferencia habrá una asamblea solemne donde todos podrán sostenerlo.
Nosotros adoramos únicamente al Padre y al Hijo y se nos ministra a través del Espíritu Santo. Sostenemos a los apóstoles y profetas, pero no los adoramos. Mi responsabilidad es ser un testigo especial de Jesucristo. He tenido muchas experiencias en la Iglesia desde joven y he tenido innumerables experiencias para saber que Él vive.
Como uno de los apóstoles y siendo un testigo especial, testifico que conozco la voz del Salvador y conozco Su rostro, yo soy testigo de Su divinidad. Él llevó a cabo la expiación para que todos pudieran superar la muerte y los que se arrepientan puedan regresar a Su presencia. La expiación resuelve todo lo que es injusto en esta vida.
Reunión con los jóvenes, Olof Palme, Nicaragua
Algunas de las palabras que compartió el élder Quentin L. Cook a los jóvenes fueron:
Nos sentimos absolutamente bendecidos de tenerlos acá. Creo que no nos imaginamos qué tan grande sería esta congregación, casi me quita el aliento. Tengo un sentimiento abrumador. No dejo de pensar que, si podemos tener esta cantidad de jóvenes, el futuro de la Iglesia y de Nicaragua es fuerte. Les encomendamos que sean fuertes.
Cuando era un estudiante de secundaria amaba los deportes. Once de nosotros jugábamos el futbol americano. Con los años, Mary y yo nos mudamos a California. De los once jugadores, cuatro de ellos que eran buenas personas, pero que decidieron no vivir la Palabra de Sabiduría, se volvieron adictos al alcohol y ya fallecieron. Pienso en lo importante que son las decisiones a su edad porque marcan el resto de su vida.
He vivido lo suficiente para saber que cuando el Señor nos da una manera de vivir, trae gozo y paz. No vivir de conformidad con sus leyes trae miseria y dolor. Cuando les pedimos que vivan vidas rectas les pedimos en realidad que tengan vidas felices ahora y en las eternidades.
Es importante que vivan su religión y que se esfuercen por adquirir su propio testimonio. Mediten en el consejo de Alma. Él experimentó su propia conversión y luego aconsejó a sus hijos que aprendieran sabiduría en su juventud y a guardar los mandamientos de Dios (Alma 37:35). Espero que ustedes tengan esa escritura impresa en sus corazones.
Les aliento a tener su propio testimonio. Esto puede ocurrir de diferentes maneras. El élder Todd Christofferson cuenta de cuando era un joven visitó con sus líderes el centro de Cumora. Él tenía el deseo de orar, tener una experiencia espiritual en la arboleda sagrada, pero solo tuvo una experiencia dulce, nada especial, se sintió un poco desalentado. Un par de meses después, leyendo las Escrituras, tuvo un increíble sentimiento, el Espíritu Santo le testificó con fuerza que el Libro de Mormón era verdadero.
Otra autoridad me contó que cuando tenía 18 años, tuvo el fuerte sentimiento de que él ya tenía un testimonio de cada principio que había vivido.
En mi caso, cuando yo tenía 15 y mi hermano 20, por causa de la guerra en Corea, solo uno de los jóvenes de nuestro barrio podía servir una misión de tiempo completo, los otros debían ir al servicio militar. Mi hermano era serio e inteligente y surgió una oportunidad para que él pudiera ser un misionero; pero nuestro padre, que estaba inactivo, no lo quería apoyar, él quería que fuera doctor y no misionero.
Antes de volver a hablar con nuestro padre, mi hermano y yo conversamos toda la noche y decidimos decirle a nuestro Padre Celestial que si Jesucristo era divino, si José Smith en verdad fue su profeta y que si el Libro de Mormón era verdadero, sería importante que él sirviera una misión. Mi hermano sintió esa confirmación, sirvió una misión y es un gran médico. Yo también pude llegar a saber que lo que mi preciosa madre me había enseñado era verdadero. Sé que lo que sucedió esa noche determinaría todas las decisiones del resto de mi vida. Cuando oré tuve un sentimiento de que esas tres preguntas eran todas verdad.
Amigos, también queremos que ustedes tengan un conocimiento del Salvador, un testimonio de José Smith, del Libro de Mormón y de su profeta actual. Hay un profeta hoy en día en la tierra.
Como apóstol es mi llamamiento ser un testigo especial de Jesucristo. Y he decidido ser más directo, yo le amo, le adoro, no hay nada más que quiera en esta vida que ser uno de sus discípulos. Sé que Él continúa dando guía y dirección a su Iglesia. Como testigo apostólico, conozco su voz y conozco su rostro.