Durante un discurso en la conferencia general del 2019 la hermana Reyna Aburto expresó: “es normal sentirnos tristes o preocupadas[os] de vez en cuando. La tristeza y la ansiedad son sentimientos humanos naturales. No obstante, si constantemente estamos tristes y si el dolor no nos permite sentir el amor del Padre Celestial y Su Hijo, y la influencia del Espíritu Santo, entonces quizá suframos de depresión, ansiedad u otra afección emocional. Hace tiempo, mi hija escribió: ‘Hubo una época en la que me embargaba una gran tristeza. Siempre pensé que la tristeza era motivo de vergüenza y señal de debilidad, y por eso me la guardaba para mí misma […]. Me sentía insignificante’ “1.
Para la humanidad siempre ha sido difícil expresar sus emociones, pedir ayuda o mostrarse vulnerable. Es normal, ya que la sociedad ha normalizado considerar las conversaciones sobre salud mental como intrusivas, causantes de vergüenza, tabúes y otros calificativos.
Quizá seamos nosotros mismos, o alguien de nuestra familia quien se sienta limitado al expresar la forma en que se siente o esté experimentando sufrimiento a causa de un desafío de salud mental y falta de apoyo a su alrededor. Sin embargo, existe en la actualidad una tendencia a disminuir el estigma de hablar acerca de nuestras emociones. Tomemos esta oportunidad para hablar de nuestros padecimientos mentales. Esto podría representar un avance significativo en cuanto a prevención y tratamiento de la salud mental.
Según un informe de la OMS, se calcula que 1 de cada 4 personas padecerá algún tipo de trastorno mental o neurológico en algún momento de su vida3; no obstante, testifico que “… al hablar abiertamente de nuestros problemas emocionales, reconociendo que no somos perfectos, damos permiso a los demás de expresar sus desafíos y juntos comprendemos que hay esperanza y que no tenemos que sufrir a solas”1.
¿Cómo podemos contribuir a que los demás se sientan cómodos hablando de salud mental?
La Asociación de Salud Mental del Estado de Nueva York2, nos hace algunas sugerencias que nos permitan normalizar estas conversaciones y propiciarlas en caso de ser necesario:
- Celebrar los buenos hábitos de salud mental: reconocer cuando una persona está trabajando en sí misma y apoyarle.
- Normalizar la conversación: permitir a la persona hablar abiertamente y empatizar con su sentir.
- Iniciar conversaciones con preguntas o comentarios
- Observacionales: Al notar un cambio de comportamiento, es importante centrarse en la razón. “Te he notado diferente, ¿estás bien?”
- Experimentales: A menudo no sabemos qué está pasando, sin embargo, podemos propiciar la expresión emocional con frases como “Estoy preocupado por ti y me gustaría saber qué está pasando para poder ayudarte”
No necesitamos ser expertos en salud mental; podemos contribuir a que nuestro entorno sea propicio para que una persona tenga la confianza de pedir ayuda sin temor a sentirse juzgada. Lo más importante al brindar apoyo es estar presente, ser honestos, comprensivos, brindarles esperanza e invitarlos a buscar ayuda profesional.
Me gusta mucho meditar en este pequeño fragmento del Libro de Mormón “Adán cayó para que los hombres existiesen; y existen los hombres para que tengan gozo”4. Seamos fuente de gozo al aceptar a nuestros semejantes y permitámonos a nosotros mismos sentir ese gozo al poder expresar nuestros desafíos y afrontarlos con valentía.
Referencias:
- Conferencia General octubre 2019 En sol y sombra, Señor, acompáñame por Reyna I. Aburto
- © 2021, MENTAL HEALTH ASSOCIATION IN NEW YORK STATE, INC Temas de conversación de salud mental
- OMS 2001 The World Health Report 2001: Mental Disorders affect one in four people
- Vease 2 Nefi 2:25