Mi experiencia en el templo

Mi experiencia en el templo

“El templo es el único lugar en el cual mi alma siente paz”, esta es una de las frases constantes que repito cada vez que voy al templo. Me hace recordar que al ir al templo me acerco más a mi Padre Celestial. Como una motivación en nuestra estaca se nos prometió que nos darían un viaje al templo a todos los que aprobamos la clase de Seminario. Durante esas últimas semanas estuve analizando el comportamiento de todos y el mío. Me puse a pensar cómo podría ayudar a mis amigas y cómo podría yo cada día prepararme para ser digna y pura de ir al templo.

Empecé con el hábito de disculparme cada vez que hacía algo malo a alguien. Al hacer eso me ayudó mucho más a acercarme a mi Padre Celestial. Durante toda esa semana estuve avanzando en mi lectura y resúmenes de Seminario. Cuando ya solo faltaban dos  días para la excursión, le pregunté a mi maestra de Seminario si podría ir al templo y con una sonrisa me dijo que sí. Llegué a mi casa esa noche a elegir mi mejor atuendo y buscar mi recomendación y nombres de mis antepasados.

Al llegar al templo todos estábamos felices por empezar a hacer las ordenanzas por nuestros antepasados. Al estar ahí  pude sentir una paz tan grande al saber que nuestro Padre Celestial es tan perfecto en todo lo que hace. Recordé mi bautismo, pude sentir el gozo de esa persona por la cual me estaba bautizando. A pesar de que no la conociera pude sentir una pequeña conexión. Luego fuimos a los jardines y uno de los líderes nos empezó a decir cuán agradecido estaba con nosotros al saber que nos esforzamos en Seminario y pudimos ser premiados con un viaje al templo. Nos dijo que somos el futuro de este evangelio, que nuestro Padre Celestial nos ama y la importancia que tiene el venir al templo. Mientras escuchaba sus palabras noté las caras de todos los seminaristas y estaban llenas de tanto gozo, se podía sentir el Espíritu.

Testifico que esta es la Iglesia verdadera, que nuestro Padre Celestial nos conoce como a nadie y que nos ama infinitamente. Sé que Él me ama y soy su hija.