Ministrando con amor

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“Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen” - Juan 10:14


Cuán agradecida me siento porque Cristo es el Buen Pastor. Él es mi pastor, me conoce y estoy bajo Su cuidado, pero Cristo también necesita de nosotros para ayudarle a cuidar y ministrar a Sus ovejas. Ministrar significa amar y servir a los demás como lo hizo el Salvador.

Mientras servía como presidenta de la Primaria de estaca, con mis consejeras de la presidencia sentimos el deseo de ministrar a los niños y a sus familias en sus hogares; para cuidar de las ovejitas del Señor e invitarlos, de manera inspirada, a hacer convenios con Dios. Para realizar estas visitas, nos acompañaba un miembro de la presidencia de la Primaria de la unidad que se visitaba.

Un domingo fuimos a visitar a varias familias menos activas que tenían niños que aún no habían sido bautizados. Llegamos al hogar de la hermana Janeth. Ella y sus seis hijos, nos recibieron con mucho amor y alegría, aún recuerdo su bella sonrisa. Nos sentimos inspiradas de hacer la invitación de volver a la actividad en la Iglesia de Jesucristo, para que ayudara a sus hijos a efectuar convenios con Dios, por medio de la ordenanza del bautismo y la confirmación.

Los visitamos nuevamente. Con mucho gozo en mi corazón y gratitud a mi Padre Celestial por haber magnificado nuestros sinceros esfuerzos, supe que la hermana Janeth, con mucha fe, comenzó a asistir a las reuniones de la Iglesia y a participar de la Santa Cena con todos sus hijos. Luego con el amor y la ministración de los líderes de la unidad, dos de sus hijos con edad de bautismo, fueron bautizados e hicieron convenio con Dios.

 

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En la actualidad, la hermana Janeth y sus seis hijos continúan participando en las reuniones de la Iglesia, caminando seguros por la senda de los convenios de Dios.

Es posible que mientras servimos en algún llamamiento en la Iglesia o como hermanos o hermanas ministrantes sintamos que nuestros esfuerzos son pequeños, pero no es así. Testifico que confiar en el poder del Buen Pastor, Jesucristo, nos ayudará para que nuestra ministración amorosa y sincera brinde consuelo, gozo, ablande mentes y corazones y en el tiempo del Señor, cambiará vidas.

Como aprendemos en el Manual General capítulo 21.0: “La ministración es una manera importante en la que guardamos los mandamientos de amar a Dios y a nuestro prójimo (véase Mateo 22:36-40)”.

Ruego que el Espíritu Santo les muestre y guie sobre las cosas que el Salvador desea que ustedes hagan mientras ministran a Sus ovejas, buscando el beneficio de sus almas. El Buen Pastor les ayudará y caminará a su lado mientras trabajan en Su obra. Testifico que Jesucristo vive y que Él ama y cuida a cada uno de Sus hijos. En el nombre de Jesucristo, amén.